Y si, la estupidez está aniquilándonos. Una bomba de tiempo a punto de explotar. Hace poco terminé de leer un best seller titulado El Testamento Maya, al principio me rehusé a comprarlo, no me confío mucho de los libros best seller colocados en primera fila de las tiendas departamentales, pero mi afán por devorar cualquier información relacionada a culturas prehispánicas, hábito desarrollado por mi padre, que es igual de adicto, me convenció. Y así que me decidí a leerlo ya, antes de que tomara un lugar más abajo de la pila de libros por leer. Lo que tienen los best seller es que la mayor parte están dotados de una dosis de emoción contagiosa que se va hilando página a página, por más ordinaria que sea su escritura e irrelevante que pueda resultar la historia. Fáciles de digerir. Y el Testamento Maya no es la excepción. Personajes simples y situaciones inecesarias, pero si admito que me emocioné al leer los capítulos relacionados a la conexión entre los mensajes de alerta sobre un posible y muy próximo fin de la humanidad grabados en las construcciones de diversas culturas. Más allá de la certeza de la correcta lectura de los símbolos, nuncá dejaré de sorprenderme del inmenso conocimiento y cosmogonía de nuestros antepasados, ni de la exacitud y belleza de sus construcciones, propias de una sabiduría muy evolucionada que desde hace cientos de años ha desaparecido. Una sola dosis de ésta sabiduría sería necesaria para acabar de una vez por todas con la estupidez en la que están inmersos muchos de los que habitan el planeta.
Y todo ésto va en relación a la destrucción del ser humano de su propia casa. Ni el ser viviente más pequeño del mundo, carente de razón, sería capaz de hacer lo que los humanos están haciendo. El poder entorpece y las multinacionales y desiciones de los más poderosos tienen mucho que ver con ésta destrucción. Preocupados por problemas menos relevantes y enriquecedores de su bolsillo, dejaron atrás el tema principal, el cuidado de nuestro planeta. Pero ésto viene de años atrás y lamentablemente no hay mucho tiempo para sanar por completo las heridas de la tierra. Pero los que estamos habitándolo si podemos hacer algo al respecto, tomando conciencia y con la mejor herramienta que existe, la educación. Transmitir a los más pequeños y a los que vienen el cuidado del planeta. Siempre hay algo que hacer, por más pequeño que sea, la apatía e indiferencia deben desaparecer al igual que la estupidez.
Organizaciones no gubernamentales, productores, cineastas, escritores, fotógrafos, músicos, diseñadores y muchos más se han unido al llamado de alerta. Está por estrenarse la premiere del filme The Age of STUPID, evento ya catalogado como el más ‘ verde´de la historia. Desde el centro Nueva York, en una carpa que funcionará sólo con energía solar, se emitirá una señal a través de satélite que llevará la película en directo a salas de cine de más de cincuenta países.
Algunas fotografías de la campaña de publicidad de la cinta.
Stupid Oil Drum at Esso
Royal Bank of Stupid
¨Not Stupid¨ wind turbine
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