September 23, 2009

Contador de historias.


Alvaro Ybarra Zavala, a su corta edad, 30, ha cubierto las situaciones más conflictivas de los últimos años: Chechenia, Iraq, Afganistán, Líbano, Colombia, República Demócratica del Congo, Ruanda, Uganda, Sudan, Georgia, República de África Central, Balcanes, Burma/Myanmar, la pandemia del VIH/SIDA en India, Tailandia, Camboya, Malawi, Senegal, Kenya; los desastres ocasionados por el tsunami en Sri Lanka, las comunidades indígenas de Brasil, Ecuador y Bolivia, entre otros. Fiel a la película y a su labor como contador de historias. Ha presentando la complejidad de la realidad humana en la voz de sus protagonistas, las víctimas y los vérdugos, sin juicios. Manteniéndose invisible. Su fotógrafo, Robert Capa.

Fragmentos de entrevista realizada para la revista online XL semanal, por Isabel Navarro.
*** Y otros más de entrevista realizada por Luis Masyebra para el blog Foto Microsiervos.


Es posible actuar como un mero observador?
A.Y.
En un conflicto armado todos son víctimas, incluso los verdugos. Evidentemente, yo no puedo mirar de la misma manera a alguien que ha violado a cinco mujeres y luego las ha ejecutado que a otro que no lo ha hecho. La imparcialidad no existe, pero como fotógrafo lo que quiero es comprender la doble moralidad que lleva a un médico a entrar en una milicia suní, ser un tipo encantador, culto, que se toma un café contigo, pero luego no le tiembla el pulso para decapitar a un ser humano. Me interesa averiguar qué hay detrás de cada protagonista y como fotógrafo no entro a juzgar.

A nosotros nos pagan únicamente por contar historias, y cuanto más anónimos seamos, mejor. Estamos hablando de seres humanos. Es el único tema en el que me siento categórico.Las cosas hay que verlas en su contexto. Discrepo mucho de las frases salomónicas de ciertas ONG y organismos internacionales en temas como el Coltan: chavales trabajando, los niños soldados… ¡cómo se nota que no has estado allí! Si eres el noveno hermano de una familia en la mitad de la selva colombiana en la que tu padre te abandona, tienes prácticamente que matar con tus hermanos para comer – eso te da una probabilidad de sobrevivir. La Ley Humana exige sobrevivir, así que no critiques una situación si no aportas una solución real. ***

Efectivamente, un niño no tiene que estar trabajando en una mina, un niño no tiene que poder coger un arma – ¡nungún ser humano debería coger un arma, odio las armas!. Ellos lo único que piensan es que quiero vivir mañana, quiero comer. No piensan en la muerte porque allí es una constante. Aquí creemos que tenemos el derecho a vivir eternamente, pero allí no. Son realidades muy diferentes que a la hora de aproximarte a ellas debes de saber que por mucho que te acerques, no eres parte de ella y nunca la vas a llegar a entender. Opinar sobre ese tipo de realidades sin realmente poder entenderlas… Yo no me levanto cada mañana pensado ¿quién nos va a atacar hoy? Ellos piensan que si yo tengo un arma, tengo futuro, o si yo entro a la mina, tengo una posibilidad de sobrevivir. ¿Cuál es el problema? Que muchas veces hay personas que llegan por la zona y plantean proyectos faraónicos que no se sostienen por sí mismos, creas expectativas que no se cumplen y la gente deja de creer. ***

¿Se ha arrepentido alguna vez de hacer una foto?
A.Y.
Nunca, porque para mí es fundamental levantarme cada mañana y poder mirarme al espejo. No soy un buitre ni un héroe. Mi trabajo sólo consiste en contar historias y en poner rostro a los números. Tampoco doy lecciones. No quiero hacer sentir culpable a nadie por vivir en un mundo privilegiado. No soy un ministro de la moralidad. La gente no tiene la culpa de haber nacido donde ha nacido. Lo fundamental es jugar las cartas que te ha dado la vida de la mejor forma posible, siendo ser humano. La gente hace lo que puede y creo que la sociedad española es de las más solidarias que hay, por eso me siento muy orgulloso de ser español.


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