Tuve la oportunidad de ser una de sus alumnas y escuchar su experiencia como fotógrafo de guerra. Uno de los proyectos que más recuerdo es su viaje de regreso a Sarajevo en el 2008. Años atrás Gervasio Sánchez había sido testigo del conflicto. Una tragedia que permanece y una ciudad intenta el olvido mediante una reconstrucción aparentemente invisible.
Las siguientes preguntas fueron hechas por Marta Caballero, para el suplemento El Cultural.
Pregunta.- ¿Qué recuerda de su experiencia en Sarajevo? ¿Qué diferenció a aquel conflicto de otros en los que ha estado?
Respuesta.- En aquella época llevaba casi una década trabajando en zona de conflicto. Ya había visto la guerra y situaciones muy duras en Perú, Nicaragua, Colombia… La diferencia fue que aquello sucedió en el patio trasero de la Europa privilegiada, que ocurrió en el momento de la Europa unida, que supuso un genocidio de tres años y medio ante la inoperancia de los políticos y diplomáticos del continente. No sólo a mí, sino a otros que estuvimos allí nos dejó una gran marca. Nos dejó que las víctimas no tienen importancia en las decisiones internacionales.
Respuesta.- En aquella época llevaba casi una década trabajando en zona de conflicto. Ya había visto la guerra y situaciones muy duras en Perú, Nicaragua, Colombia… La diferencia fue que aquello sucedió en el patio trasero de la Europa privilegiada, que ocurrió en el momento de la Europa unida, que supuso un genocidio de tres años y medio ante la inoperancia de los políticos y diplomáticos del continente. No sólo a mí, sino a otros que estuvimos allí nos dejó una gran marca. Nos dejó que las víctimas no tienen importancia en las decisiones internacionales.
P.- ¿Qué se ha encontrado al volver?
R.- Creo que los ciudadanos bosnios siguen teniendo alojada en su conciencia, en su memoria y en sus recuerdos el cerco de Bosnia. Es cierto que la ciudad ha cambiado, que ha sido repintada y reconstruida. Lo siguen viendo como algo presente, les cuesta hablar con naturalidad del tema. No sólo fue vergonzosa la intervención en Bosnia, lo peor fue que se hicieron muchas promesas de reconstrucción y de ayuda, y se han incumplido. La zona tuvo antaño un desarrollo económico interesante, pero hoy apenas hay relaciones económicas entre Europa y Bosnia. Muchas industrias, como las fábricas de coches, se han quedado paradas debido a la desidia europea.
R.- Creo que los ciudadanos bosnios siguen teniendo alojada en su conciencia, en su memoria y en sus recuerdos el cerco de Bosnia. Es cierto que la ciudad ha cambiado, que ha sido repintada y reconstruida. Lo siguen viendo como algo presente, les cuesta hablar con naturalidad del tema. No sólo fue vergonzosa la intervención en Bosnia, lo peor fue que se hicieron muchas promesas de reconstrucción y de ayuda, y se han incumplido. La zona tuvo antaño un desarrollo económico interesante, pero hoy apenas hay relaciones económicas entre Europa y Bosnia. Muchas industrias, como las fábricas de coches, se han quedado paradas debido a la desidia europea.
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