Emocionada con la elección de Rio de Janeiro como sede de los juegos olímpicos 2016. Emocionada por la justa mirada a Sudamérica y sus primeros juegos olímpicos. Emocionada de que un país tan hermoso y cálido sea el primero y con las lágrimas de su presidente Lula da Silva, el cual siempre me ha simpatizado, independientemente de los escándalos que ha atravesado su gobierno, la llegada de Lula da Silva sin lugar a dudas marcó el inicio de una nueva etapa para América Latina, la ¨nueva izquierda¨. Críticado en un inicio por no contar con la educación ¨suficiente¨ para ocupar la presidencia, Lula es una persona sumamente inteligente que trabaja por disminuir los márgenes de pobreza y ha elevado la educación como nunca en Brasil. Lo mejor de Lula es que conserva la naturalidad, sensibilidad, simpatía y sencillez, carente en la falsa política posada, caducada y de cartón.
Tengo una conexión especial con Brasil, amo ese país, lo conozco de la voz de mis abuelos quienes se conocieron ahí. Mi abuelo trabajó cerca del Amazonas y fue en la frontera con Bolivia, de donde es originaria mi abuela, donde se vieron por primera vez. Mi abuela solía decir que quería enamorarse de un charro, de esos que salían en las películas mexicanas, como Jorge Negrete. Y conoció a su charro de ojos claros y así comenzaron su historia de amor. Mi abuela me habla de Brasil y sus paisajes, desde pequeña la he escuchado cantar en portugués, para mí el más hermoso de todos los idiomas, nostálgico, melódico, sensual. Y así con las canciones de Caetano Veloso, Elis Regina, Toquinho, Bebel Gilberto, Marisa Monte, y otros, continúo mi enamoramiento por Brasil.
Cidade maravilhosa, muitos parabéns!
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