Las figuras políticas no son las únicas protagonistas de discursos democráticos, hay un arma de mayor alcance y absolutamente más creíble: la cámara fotográfica. La cámara es propagadora de las democracias sin mediadores. Muestra la realidad en el intento de una transformación social. Bien dice Susan Sontag ¨la cámara es un instrumento de poder¨.
Con la cámara una denuncia intima e individual se transforma en denuncia pública y colectiva. La imagen permanece eternamente y su naturalidad masiva ejerce rápido efecto en función de provocar conciencias. Una imagen dice más que mil palabras, muy cierto.
En los países de América Latina hay un oficio desarrollado del documental en parte por cuestión de presupuesto. Pero más allá de limitantes materiales, son las experiencias de vida de los millones que habitamos y observamos la realidad latinoamericana lo que motiva a seguir produciendo imágenes. Los problemas se repiten, una desigualdad social que crece cada vez más, los ricos son más ricos y los pobres más pobres. Servicios médicos y educación insuficiente. Delicuencia común cuyas víctimas casi superan las de dictaduras y guerrillas pasadas. Desentendimiento político y crisis institucionales. Y el desencanto de una sociedade cansada de la repetida promesa. Con todo ésto no queda más que tomar la cámara y seguir disparando. Poner un granito de arena y desahogarse visualmente.
Dispute between Serra Pelada gold mine workers and military police. Brazil 1986. Sebastian Salgado.
No comments:
Post a Comment